sábado, 23 de abril de 2011

Almendras amargas

Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados.

Le leo el inicio de El amor en los tiempos del cólera a una amiga muy querida, y me recuerda que el olor de las almendras amargas es el olor del cianuro. Y las lilas siguen creciendo junto a mi ventana que da al monte San Ginés. Yo de mayor quiero ser Florentino Ariza y ya voy perfilando el color de los ojos de Fermina Daza, negros y con rasgos orientales.