miércoles, 4 de mayo de 2011

La Carretera (Cormac McCarthy)




La narrativa norteamericana está viviendo el mejor momento desde que terminara la II Guerra Mundial. Entre los consagrados: Pynchon, De Lillo y Philip Roth; de los más jóvenes: Foster Wallace. Al menos al nivel de los mejores está Cormac McCarthy.

        Su última novela, la obra cumbre de una carrera llena de cumbres, es La carretera (Mondadori, 2007). Pulitzer y todos los premios del año en su país. Una historia a medias entre la Ciencia Ficción y el género apocalíptico. Tras una catástrofe, presumiblemente nuclear, un hombre y su hijo caminan por una carretera, huyendo del hambre y del frío hacia el sur, hacia el mar. Por el camino, un paisaje lleno de grises y tonos oscuros por donde no se puede ver el sol y apenas quedan seres vivos sobre la Tierra. Los hombres que quedan se agrupan en bandas que imponen el terror absoluto y que nuestra pareja protagonista va esquivando como puede. Todo apunta a una novela de género. La diferencia está en la escritura, en la economía del lenguaje que ya nos mostró McCarthy en sus otras obras y que aquí alcanza cotas de perfección con un lirismo al que sólo los grandes poetas pueden llegar. Los diálogos entre el padre y el hijo son pura poesía y pura verdad, contienen las preguntas esenciales sobre la vida y la muerte, sobre la verdad y la mentira, sobre el bien y el mal. La traducción de Luis Murillo, excelente, nos muestra un acabado muy cercano a lo que debe ser el original. Para muchos, la mejor novela de 2007.

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